viernes, 26 de diciembre de 2008

FIESTAS ANGELICALES

Artículo de Ángel Martin en la Revista DT - ENERO 2009

NO HAGÁIS PLANES

No hagais planes. Todo es más divertido así. Hace unas semanas estuve en casa de mis padres. Cuando voy allí, duermo en mi habitación, que sigue intacta. Creo que es así porque mis padres aún no se creen que pueda ganarme la vida haciendo el gilipollas y no quieren dejarme sin cama cuando todo se vaya a la mierda.
La habitación está tal y como la dejé cuando vine a vivir a Madrid; en la última visita me dio por registrar mis cajones y en ese momento me di cuenta de cómo habían cambiado todos mis planes.
Uno puede saber cómo ha sido registrando los cajones. Encontré dibujos de cuando quería ser dibujante, partituras de cuando quería ser músico y libros de interpretación de cuando quería ser actor. Incluso me encontré un premio que me dieron en la escuela donde estudié interpretación y en la que me enseñaron a comportarme como un alga. Cosa que a lo largo de mi vida me ha resultado bastante útil en infinidad de ocasiones.
Es acojonante. No me preguntéis por qué, pero en algunas escuelas de interpreación hay un ejercicio que consiste en comportarse como un alga. Lo digo en serio. Un día llegué a clase y la profesora dijo "Quiero que cerréis los ojos y penséis en algas". Al principio uno lo hace porque piensa que la experiencia será la polla. El problema es que a los cinco minutos de estar tumbado pensando que eres un alga, la profesora propone que todo el mundo se mueva por la habitación con los ojos cerrados sintiéndose como un alga. Ése es probablemente el momento más absurdo de mi vida: moverme por una habitación como si fuera una puta alga y sabiendo que en algún momento chocarás con otro gilipollas que está haciendo de alga. Yo cometí el error de preguntar qué hacer en caso de chocar con otra de las algas, y os juro que me arrepentiré toda mi vida de haber hecho esa pregunta. La respuesta fue: "Cuando dos algas se encuentran... se enredan entre ellas. Así que si chocáis..., enredaros". A los dos minutos aquella clase estaba llena de gilipollas enredándose entre ellos.
Estudié interpretación en una escuela rara. Una vez vino un tio a dar un curso de deshinibición; su puesta en escena fue ésta: "¿Cuántos de vosotros creéis que hay que usar preservativos para mantener relaciones sexuales?" Muchos levantamos la mano. La siguiente pregunta fue: "¿Por qué?". Le conté lo de evitar embarazos no deseados y el riesgo de enfermedades venéreas y me dijo: "Pues por esa regla de tres no deberías comer pollo, porque produce cáncer". Al ver que el tipo estaba poniendo en el mismo saco las posibilidades de coger una enfermedad por echar un polvo y coger cáncer por comer pollo...: cogí mi chaqueta y me fui.
Ese día descubrí que hay mucho gilipollas suelto. Me encantaría saber qué fue de ese tío para darle un premio por intentar convencer a un grupo de adolescentes de que follar sin condón y comer pollo son dos cosas igual de peligrosas. Al venir a Madrid dejé la escuela y mi vida como músico de bodas. Algún día os contaré cómo es ser músico de bodas. Alguno pensará: "Wow. Músico. Cómo mola. Los músicos ligan un huevo". Os diré una cosa: yo tocaba el piano y os aseguro que tocar el piano es una mierda. Lo digo muy en serio. Ser pianista es una mierda porque tú te vas de acampada... y folla el de la guitarra.
Todo eso ya pasó. Ya sólo toco el piano en casa. Resumiendo: quise ser músico, dejé de estudiar interpretación porque un tío quiso convencerme de que comer pollo y follar sin condón era igual de peligroso y ahora escribo aquí. No hagáis planes. Es más divertido.
Feliz 2009. (Por cierto, ya os lo habrá dicho Dani, pero por si acaso: nuestrascosas.tv)